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lunes, 10 de junio de 2013

LAS TRES CULTURAS. SANTIAGO RUIZ ZAPATERO


Los días 1 y 2 de junio se celebró en Cervera del Río Alhama la III Feria de las Tres Culturas.
A continuación mostramos un estudio escrito por el historiador cerverano Santiago Ruiz Zapatero sobre las tres culturas

 
 
 
LAS TRES CULTURAS

Cervera del Río Alhama celebra la III Feria de las Tres Culturas. En la actualidad, retomando un lema de muchas décadas, se conmemoran en muchas partes de España diversas Jornadas, Mercados, Ferias Medievales, etc., rememorando lo que se cree que fue una realidad: un encuentro convivencia de comunidades de las tres Religiones, las religiones del Libro, judía, cristiana y musulmana. Pero también desde hace mucho tiempo los historiadores venían estudiando innumerables hechos que hablaban del fracaso de esa convivencia. Sucedía, pues, como siempre que concurren culturas y religiones distintas en una misma población, sean las culturas y religiones que sean. Aún hoy.
No obstante, es de alabar el intento de moda en nuestros días, pues al menos pretende un entretenimiento cultural, más que diversión. Sin entrar en pormenores sobre la mejor o peor adaptación histórica, no es este el caso.
 

 

            Lógicamente son festejos que se practican en muchísimos lugares, como Cornago entre los pueblos próximos, por no citar más. Demostración del interés y esfuerzo encomiables. Incluso existe una muy recomendable fundación: http://www.tresculturas.org/
Y, cómo no, en Toledo: ◙http://www.nationalgeographic.com.es/articulo/viajes/rutas_y_escapadas/7263/toledo_ciudad_las_tres_culturas.html
http://pincelyburil.blogspot.com.es/2011/04/viaje-toledo-ciudad-de-las-tres.html

La tenacidad de los organizadores en todos los actos, poco agradecida muchas veces, me lleva a escribir estas líneas, de las que sabe Gustavo Gauthier y prometidas, también en el caso cerverano, a Anakle Cervera, una de las cooperadoras distinguidas. Hay más. A todas y todos va dedicado.
Porque Cervera, como tantos pueblos de España, contó durante la Edad Media con las Tres Comunidades religiosas que formaron múltiples lugares: moros o mudéjares, cristianos y judíos. En este caso, desde el comienzo del siglo XII bajo dominio cristiano. Centurias de convivencia pacífica y sencilla a veces, de simple o dura coexistencia en otras ocasiones, mudéjares y judíos siempre subordinados a los cristianos, al menos relativamente.
Pero no impidió esa realidad que unos y otros tuvieran sus correspondientes consejos rectores de cada grupo o comunidad, por el cual se gobernaban: el llamado ‘concejo’ los cristianos, y las denominadas ‘aljamas’ mudéjares y judíos. Una pluralidad de instituciones en cada pueblo o ciudad, avenidas y coordinadas entre sí por lo común. La aljama mudéjar cerverana consta con el concejo cristiano en la primera mitad del siglo XII. Y otras aljamas también musulmanas irán figurando a través de los siglos. A finales del XV las encontramos en Cervera, Aguilar, Cornago, Arnedo …, según plasmó en sus estudios el profesor Ladero Quesada, que advertía a la vez de lo escasamente pobladas las de esta comarca en relación con el conjunto de las castellanas. Pasa desapercibida, a pesar de todo, esa observación.
Y fijándonos en nuestros pueblos, podemos imaginarlos relativamente bien. Gracias a la variada documentación, resultan observables distintas estampas de la vida cotidiana en los mismos. De esas constatadas por los textos hablamos, centrándonos preferentemente en la población sencilla.
A buen seguro, a diferencia de las localidades grandes, aquí se dieron escasas separaciones entre las tres comunidades, las citadas de las Tres Culturas. No obstante, el predominio cristiano se fue haciendo casi total, de modo que lo que más les distinguía era la religión y las contadas consecuencias que esta tenía en algunas costumbres. Mudéjares y judíos, por ejemplo, contaban con sus propias carnicerías en las que no se servía carne de cerdo. O no bebían vino, aunque hay dudas. Pero eso sí, podían ser dueños de viñas, aunque a alguno de Cornago se las arrebataron.
Vivían preferentemente agrupadas las familias de cada sector religioso, pero sin un cierre especial. En Cervera, bastantes se habían ido estableciendo más arriba del Peñón del Castillo, lo que dará lugar al Barrio Suso o Somero, desde principios del siglo XIV al menos. Cervera se extiende, pues, en tres barrios: El Bajo o de San Gil (la única iglesia parroquial entonces), Nisuelas (entonces ‘Lisuelas’) y el Barrio de Arriba. En este terminó viviendo una cierta mayoría de los mudéjares, mientras que los judíos no han dejado huella documental suficiente.


Vista del mercado. Foto: Jorge Oyón Cuartango


 Intentaremos rememorar a esos habitantes del Alhama en siglos ya lejanos. Ver esas tierras y esos hombres (nos referimos a los pueblos castellanos del valle, que no tenían sin embargo diferencias serias con los navarros y aragoneses), con sus vestimentas de entonces, de variopintos colores; campesinos sufridos que laborean los campos o pastorean los rebaños. Algunos trabajan la leña, otros más el transporte como arrieros.
En un atardecer cualquiera, caminan de vuelta del trabajo hacia sus hogares, acaso canturreando, seguramente cansados; descienden de las colinas o serpentean por las veredas de la vega. Hablan el castellano de la época y en la variante dialectal de la zona camerano-riojana, cargada de navarrismos y aragonesismos; otros, a buen seguro, siguen aún más apegados en buena parte al influjo del árabe romanceado, es decir, el castellano enriquecido con voces provenientes del árabe, que, aunque no debió de hablarse íntegramente aquí apenas en los primeros tiempos de dominación musulmana, sus vocablos arabizados se manifestaban en buena mezcolanza con el propio romance castellano, que ya de por sí se había ido formando con numerosos arabismos.

Dos vecinos en la feria de las tres culturas. Foto: Jorge Oyón Cuartango
 De cualquier manera, si fuera posible oírlos, escucharíamos el típico lenguaje castellano–riojano medieval y evolucionado dentro del navarro-aragonés. Si no faltaban las voces arábigas, derivadas del árabe, en el habla común, como he dicho, sí escasean en la toponimia, que apenas alcanza en el valle del Alhama a la docena los nombres de lugar. Curioso, por cuanto el nombre del río, Alhama, derivado de las aguas calientes que brotan en lo que fue el término de Tudején, hoy Fitero, ni en el siglo XII se aplicó a los Baños existentes (como hasta hoy).
Con todo, volviendo sobre las personas, debemos hacer constar también la presencia de la población judía. Aun dejó menos impronta, pero sus aljamas propias figuran en la documentación, que nos informa por igual de otras circunstancias, como los cornagueses judíos que se fueron a vivir a Corella para protegerse así en el reino de Navarra, donde en ese momento aún no se les presionaba como en Castilla.
A unos y otros, a los tres sectores, podemos imaginarlos fielmente: la mayoría son cristianos, pero bastantes musulmanes; algunos menos, judíos. Cada uno con su indumentaria característica, pero sin grandes diferencias. Vemos, a lo largo del año agrícola, segadores tostados bajo el sol; pescadores pacientes en espera de algún barbo [sic]; campesinos en plena cosecha de productos de huerta, viñadores que vendimian en el monte o en la vega; esforzados sembradores en la labor de depositar la simiente del cereal en piezas de todo tipo y paraje; hombres y mujeres vareando la oliva, …; por los montes, prados comunales o de la villa y por otros espacios, pastores cuidando de sus rebaños, sobre todo de ovejas y cabras, en algunos casos de vacas, yeguas, etc. En el pueblo, alpargateros cosiendo suelas como hasta hace unos días; albañiles, carpinteros, herreros, etc., que practican sus oficios sin demasiadas diferencias con los actuales. Y en los caminos, esas retorcidas rutas por terrenos difíciles, los arrieros ya referidos.


Puesto 'Los Postres de la Abuela Basi' en el mercado. Foto: Chema Tejada


 Para unos, las campanas de la iglesia les recuerdan los actos religiosos. Los mudéjares son llamados por su ‘almuecín’ con su tarareo ritual, y los judíos por su rabino. En las prácticas religiosas conservan estos dos últimos sectores parte del lenguaje propio: el árabe y el hebreo, más o menos conservado.
Y siempre, constancia de esos pueblos escondidos entre montañas. Junto al Alhama o al Igea–Linares, que, como el Añamaza, vivifican con sus no abundantes aguas estas tierras sedientas. Y el hombre, además, seguía y continuará, por necesidad o por ambición, arrebatando bosque al paisaje que, en este sentido, sí fue variando.
Como por igual fue transformando el tiempo esa riqueza plural de religiones, riqueza cultural como la vemos hoy. Pero entonces, sin embargo, no llegó a ser tan fecunda convivencia.

 Para saber más, entre otros, el capítulo II de la web http://cerverayelalhamahistoricos.es/

 Para entrar en contacto con la asociación: feriadelastresculturas@hotmail.com 

 Santiago Ruiz Zapatero


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